Los destellando rayos que se extienden en la tierra como eterno vigilante a la raza humana, es un recordatorio que el padre eterno DIOS esta al pendiente de nosotros viendo nuestras acciones y nuestro proceder como humanos.

El Rigveda (uno de los más antiguos textos de la humanidad, que data del año 3000 a. n. e.) hace referencia al Sol y otras deidades "oculares" a través de la mirada.

Shiva tiene tres ojos, el tercero en mitad de la frente, en referencia a un conocimiento ilimitado, que destruiría todo lo que viera cuando se abra.

Sin embargo, el ojo de Shiva también está ligado a la sabiduría divina, que arrasa con el mal y la ignorancia.

Para el budismo, Buda es "el Ojo del Mundo", y la iconografía de los textos y templos de Nepal suele presentar el símbolo de un ser que mira hacia el frente con un ojo de oro en el centro de la frente (otra referencia al tercer ojo).

Las estatuas de Buda en toda Asia también lo muestran con esta tercera mirada iluminada, símbolo del despertar final.

Para el cristianismo, el Ojo que todo lo ve es "el Ojo de la Providencia", y apareció en el siglo XVI. El ojo se encuentra dentro de un triángulo, representando la ubicuidad de la Santísima Trinidad, así como la omnipresencia divina y su vigilancia constante sobre su creación.

Representaciones del Ojo de la Providencia como la de la Iglesia de San Juan Bautista en Alsacia, Francia (1763) parecen estar relacionadas con la fundación de los Illuminati bávaros en 1776; la influencia masónica y su gusto por la geometría sagrada podría aportar otra relación interesante.