Usualmente, cuando las personas conocen a un brujo lo primero que nos preguntan es si hacemos magia "blanca" o "negra". La magia blanca se asocia con rituales positivos, mientras que la magia negra se asocia con las maldiciones y hacer daño a las personas.
"La magia blanca es poesía. La magia negra y blanca  es cualquier cosa que funciona de verdad".Si nos remontamos al pasado antes de la era cristiana en occidente, nos encontraremos con que la magia no era llamada blanca o negra. Los griegos distinguían a aquellas personas que ayudaban a curar y hacían magia benéfica de los que no; en general, las brujas y brujos eran llamados llamados pharmakis (de pharmakia = fármacos o drogas) y hay algunas pharmakis famosas como Circe y Medea. Las brujas de Tesalia, al norte de Grecia, eran conocidas por sus amplios poderes asociados a la luna y a la herbolaria. Se creía que incluso eran capaces de hacer desaparecer la luna en el cielo para hacer sus hechizos en el cobijo de la noche.-

La ley romana, por su parte, establecía claramente que la magia era permitida siempre y cuando esta no buscara dañar a alguien, y había penas específicas para quienes dañaban las cosechas de sus vecinos o para quienes mataran a alguien con brujería. Toda magia benéfica era bienvenida, aún la extraña práctica de la nigromancia (el uso de la ayuda de los muertos para fines de adivinación y mágicos), si tenía la intención de procurar el amor, la riqueza o la salud. La magia griega y egipcia eran temidas.

En el mundo clásico, había una deidad que protegía y ayudaba a las brujas: Hekate (o Hecate en Roma). Hekate, poderosa titánide con dominio sobre el mar, el cielo y la tierra, era también señora de los desprotegidos y marginales. Hekate era, como la magia, una deidad benéfica que podía tener un lado oscuro si se le molestaba. Al final, era la guía de las almas en pena.

En el mundo celta, por su parte, la magia era algo propio de los druidas, y según Julio César en sus crónicas de Galia, los ovates eran los encargados de la adivinación, mientras que los druidas eran los encargados de la medicina. No existe información sobre el papel real de los adivinadores y hechiceros en el mundo celta ya que ellos no escribían sus relatos, pero por lo poco que sobrevivió de la tradición oral podemos pensar que eran personas altamente respetadas.

Por otro lado, tenemos a los pueblos de Medio Oriente; los sacerdotes sirios eran llamados "magoi" por los romanos, y se les consideraba, igual que a los sacerdotes egipcios, poderosos pero peligrosos. La magia egipcia en particular era temida por griegos y romanos por su efectividad. Las tradiciones orientales y occidentales se entremezclaron y produjeron textos como Los Papiros Griegos Mágicos, donde vemos claramente una amalgama de la magia griega, romana, egipcia y medio-oriental. La magia continuaba siendo una profesión respetada y no había una distinción entre magia "negra" o "blanca", sino entre magia benéfica y dañina.

El mundo cambió, sin embargo, con el advenimiento del cristianismo.

Durante los primeros dos siglos de la era cristiana, un tipo peculiar de magia que combinaba la amalgama cultural del Occidente pagano y algunos conceptos cristianos se hizo presente: la teúrgia (Latín theūrgia, del griego theourgiā, sacramento, misterio).

La teúrgia, se puede definir como "un poder más elevado que la sabiduría humana, que contiene las bendiciones de la adivinación, los poderes purificadores de la iniciación y en suma, todas las operaciones de posesión divina", según uno de sus historiadores, Próculo. Es decir, la teúrgia busca que el practicante (llamado teurgista) entre en contacto con lo divino a través de operaciones mágicas específicas (por ejemplo, seguir los  movimientos de los cuerpos celestes, o imitarlos con objetos). El término fue usado por primera vez en los Oráculos Caldeos, de mediados del siglo segundo de la era común. Posteriormente, los Neoplatónicos, entre ellos Iámblico (nacido en el año 245 de la era común), fueron de sus más grandes representantes. El famoso emperador Julián "el apóstata" es conocido por su intento de erradicar el cristianismo. Lo que no se sabe es que era un ferviente seguidor del neoplatonismo y buscaba reincorporar la teúrgia a la vida religiosa del imperio.

Con esto tenemos un interesante panorama.

El término "magia blanca", entonces, originalmente se refería a la teúrgia mientras que cualquier otra operación que no tuviera fines teúrgicos (la adivinación cotidiana, hechizos para la fertilidad, para protegerse de los enemigos, hechizos de amor, etc.) no era magia blanca, pero tampoco era "negra".

En sus inicios, la iglesia cristiana, que se volvió el único poder religioso de Europa, aceptaba la magia benéfica, llamándola magia "natural" (la sanación con hierbas, el control del clima para mejorar las cosechas, etc.), y celebraba su existencia para ayudar a la comunidad. Sin embargo, los teólogos buscaron posteriormente apartar las creencias populares del paganismo residual, pues consideraban que nadie podía tener más poder que su Dios, y si alguien rivalizaba con él para curar enfermedades o ayudar a las cosechas, seguramente era cosa del Diablo. Fue aquí donde surgió el término "magia negra".

La "goetia" (del giego , goitia "hechicería), se volvió una de las principales preocupaciones de la iglesia, pues en su visión, cualquier operación mágica consistía en llamar y usar los poderes de los demonios. Existen muchos conocidos grimorios o libros mágicos que se pueden encontrar incluso en línea, y actualmente hay practicantes de goetia en todos los rincones del mundo.

Sin embargo, no es la goetia la que me interesa aquí, porque no estoy afiliada al cristianismo. La ética pagana es diferente; no creemos en demonios ni en un dios único. Creemos que el mundo está lleno de espíritus que no son ni buenos ni malos, pero son como las personas: pueden ser bien o mal intencionados.

En esta idea, y siguiendo la lógica de los neo platónicos, la magia blanca es la teúrgia, y la magia no blanca es todo lo demás. Entonces, la magia negra (si el negro es el opuesto al blanco) es realmente "todo lo que funciona" a nivel práctico.

La mayor parte del mundo pagano se negaría a tomar el apelativo de “magia negra” para su práctica; yo, sin embargo, creo que la obscuridad es benéfica porque nos permite dormir, y venimos del vientre oscuro de nuestra madre. Las semillas crecen de la tierra negra y oscura. El cosmos por sí mismo es negrura surcada de puntos de luz. Dicen que demasiada luz puede dejarnos ciegos. Lo oscuro, lo negro, lo oculto, no son malvados. Son la otra parte necesaria. Si la magia blanca es lo elevado, lo espiritual, lo divino, entonces la magia negra es lo concreto, lo cotidiano, lo mundano.